En el sector de pavimento ubicado frente al Banco de la Provincia de Buenos Aires, se había pintado un sector de color amarillo indicando la zona en la cual no se permite el estacionamiento. El paso del tiempo fue haciendo que la pintura se decolorara hasta casi desaparecer y entonces se decidió repintar el sector.
Días pasados, un grupo de mujeres ataviadas con chalecos color naranja, se dedicó durante toda una jornada a llevar a cabo el trabajo. Pacientemente, las mujeres dejaron listo el trabajo, que fue realizado de manera prolija y supimos que pertenecían a la llamada guardia urbana, grupo que se encarga de controlar el tránsito y tareas similares en la ciudad.
No faltó el que preguntara si no existe en la municipalidad un grupo de trabajadores que se especializa en todo lo que es trabajo de pintura. Hay quien sostiene que sí, que resulta lógico que un municipio los tenga pero que no se sabe por qué, a estas mujeres que fueron enviadas a La Plata pata tomar cursos de capacitación en el tema urbano, se las pone a trabajar de pintoras.
Ha de ser quizás como en el viejo recitado del gaucho Juan Medina, quien, “en un galopar certero, metió el poncho en el corral y el caballo en el ropero”.
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