jueves, 7 de abril de 2011

EL silencio de los buenos


« MÁS QUE LAS PALABRAS DE LOS VIOLENTOS TEMO EL SILENCIO DE LOS BUENOS » decía Martin Luther King y tuvo sueños de libertad.
Y ante tantos hechos que ocurren en medio de esta sociedad que bien puede ser la de Baradero, es oportuno un cuento que hace tiempo lo contaba un hombre de bien y decía:

El infierno estaba lleno, o casi. Pero aún había una fila de personas esperando para entrar. Salió el demonio y preguntó:
- Queda un solo sitio. ¿Quién es el peor de vosotros? A ver, tú, ¿qué has hecho?
El hombre respondió:
- Yo no he hecho nada. Debe haber un error.
- ¿Cómo nada?
- Sí, nada. La verdad es que he asistido a muchísimas barbaridades: violencia, guerras, he visto como se llevaban a vecinos y otras cosas peores. Pero yo nunca hice nada... -respondió el hombre asustado-.
El demonio volvió a preguntar:
- Pero, ¿de verdad viste todo lo que cuentas y no hiciste nada? No hay duda: ¡el puesto es tuyo!

Reflexión

Muchos dictadores, muchos terrorismos, muchos entregadores, mucha violencia cuentan con el silencio de los que tienen miedo, de los que no quieren complicarse la vida. El conformismo, la complicidad inconsciente son a veces tan peligrosos como la misma violencia. La hace posible todo tipo de complicidad. Todo lo que pueden tener de frágiles, parciales y mejorables los colectivos de ciudadanos que se organizan para buscar una solución a los conflictos reales, posee como gran virtud el haber perdido el miedo para decir lo que piensan, y para salir a la calle y decirlo, aun a costa de su tranquilidad y de su vida. Son gestos para aprender y para interrogarnos. ¿Cómo podemos colaborar en un proceso de reconciliación? ¿O es que ya nos hemos resignado a que otros decidan que no va a ser posible? (Merche Mas)

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