jueves, 9 de junio de 2011

En Busca de una nueva ética universal


“En busca de una nueva ética universal: una mirada sobre la ley natural” fue publicado en 2009 por la comisión teológica internacional. Busca mostrar la importancia de la enseñanza de la ley natural con un lenguaje ético común, especialmente aprovechándose de las formas de comunicación de la actualidad y del mundo globalizado.

La declaración universal de los derechos humanos fue el primer intento de formar esa ética mundial, pero no logro acabar con la idea positivista de que la justicia se hace por voluntad del legislador. La ley natural afirma que cada hombre puede conocer, a través de la razón, “las orientaciones fundamentales de un actuar moral conforme a la naturaleza misma del sujeto humano, y de expresarlo de modo normativo bajo la forma de preceptos o mandamientos.” Estos preceptos asegurarían la dignidad de la persona ante todas las ideologías.

A lo largo de la historia, las diferentes civilizaciones han tenido cierta idea sobre la ley natural, así vemos en Grecia, Antígona habla de una ley de los dioses sobre la de los hombres. Para Platón, la ley natural es una guía para el legislador, para darle fundamento y valor a las leyes positivas. La Biblia establece Diez mandamientos que no solo los israelitas debían seguir, si no todos los pueblos, pues como dice San Pablo “Lo que de Dios se puede conocer es manifiesto para los hombres; Dios mismo lo ha manifestado a ellos. Sus perfecciones invisibles: su poder eterno y su divinidad, vienen contemplados y comprendidos desde la creación del mundo a través de las obras realizadas por Él”, además, como prueba de que la ley natural esta inscrita en los corazones de todos los hombres, pone de ejemplo a los paganos que actúan según la ley. Actualmente, el magisterio de la iglesia enseña que la ley natural es la regla de oro y precisa que las leyes divinas corresponden a la naturaleza.

La ley natural es conocida por todos los hombres, se encuentra en la conciencia. A pesar de la sociedad y la cultura, hay algo en común y es que todo ser humano con responsabilidad sabe que debe hacer el bien. “Descubre que es fundamentalmente un ser moral, capaz de percibir y de explicar la llamada que, como se ha visto, se encuentra dentro de todas las culturas: ‘Es necesario hacer el bien y evitar el mal’ ”. Se mencionan 3 inclinaciones de su naturaleza:
la inclinación a conservar y desarrollar la propia existencia: la comparte con todos los seres, es una reacción espontanea de escapar de la muerte, sobrevivir.la inclinación a reproducirse para perpetuar la especie: la comparte con todos los seres vivos, si no podemos sobrevivir como individuos, podemos como especie, para eso hay que tener ciertos cuidados con los hijos, por ejemplo la inclinación a conocer la verdad sobre Dios y a vivir en sociedad: especifico del ser humano, como ser espiritual. El deseo de conocer a Dios, o a la verdad

Para encontrar el fundamento de la ley natural es necesario “volver la mirada a la sabiduría, de orden propiamente metafísico, capaz de abrazar simultáneamente a Dios, al cosmos y a la persona humana para reconciliarlos en la unidad analógica del ser, gracias a la idea de creación como participación”
El principio y fin de toda criatura es El Creador, por eso todas buscan la unión con Dios siguiendo su plan divino. Las criaturas materiales solo siguen su naturaleza, en tanto que las espirituales lo hacen de manera personal, “interiorizan los dinamismos que las definen y los orientan libremente hacia la propia y completa realización”.

La ley natural se convierte en derecho natural cuando se pasa de la categoría antropológica de la ley natural a la categoría jurídica y política de la organización de la ciudad. El derecho natural debe ser la base del derecho positivo, por ser las exigencias naturalmente justas que el legislador no debe contradecir. San Agustín dijo que lo propio de la ciudad es que estén mezclados justos e injustos.

Al ser Cristo el Logos encarnado, en el se expresa la sabiduría de Dios, restaura su imagen y “lleva a cumplimiento el diseño originario del Padre sobre el hombre y por tanto revela al hombre a sí mismo “, Jesucristo lleva una vida ejemplar conforme a la ley natural, por lo que se convierte en un criterio ultimo para definir los deseos naturales auténticos del hombre.

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