miércoles, 15 de junio de 2011

Un ejemplo con nombre propio de como los controles del Estado no funcionan

Desde hace mucho tiempo en la comunidad de Baradero, un sector de la población levanta la bandera ambiental y en ese marco se manifiesta en contra de ciertas empresas que contaminan. Curiosamente, para ellos no hay solución en cuanto a respuestas oficiales. En este último mes se habló, en torno a la posible instalación de una destilería de petróleo, los reclamos se incrementaron y, por supuesto, todo orientado hacia el temor o la desconfianza que por parte del Estado los controles no funcionan o no se llevan a cabo.
Si repetimos el dicho popular que "para muestra sobra un botón", el sábado último en el programa “Quién quiera oír que oiga" que conduce Pablo González, habló Mirta Ávalos, una vecina de la Empresa Donto S. A. que está ubicada en la localidad de Don Torcuato, partido de Tigre, quien contó lo que ella está sufriendo en carne propia y, como ella misma lo dice, primero no se interesó por la empresa, pero cuando se dio cuenta ya era tarde y su mensaje está orientado a no callarse para prevenir.
Mirta Ávalos hace 18 años que vive en Don Torcuato y cuando ella se afincó allí, la empresa Donto ya estaba funcionado en un sector y con el tiempo fue adquiriendo propiedades hasta ocupar toda la manzana en lo que hoy es la totalidad del predio de la empresa.
González, sutilmente le pidió que le contara cómo son los días de los vecinos que conviven con la empresa Donto.
“Antes, al menos diez años atrás, debido al pavimento que se hizo en una cuadra, la empresa desvió sus desagües a cielo abierto, por nuestra cuadra, donde vivimos nosotros, que ignorábamos totalmente lo que estaba pasando, lo que se estaba tirando. Tenía un olor nauseabundo, los chicos con problemas de piel, la municipalidad al recibir el reclamo de los vecinos le pidió que entube las zanjas y cada vez que llovía, dado que eran muy chicos los tubos, no daban abasto y esa agua color oscura, color púrpura o bordó y a veces celeste, inundaba nuestros patios, veredas e incluso entraba a nuestras viviendas”.
“Allá por el año 2005 se le hizo un allanamiento a la empresa, donde participó Policía Federal y Científica a raíz de una denuncia que realizó la Fundación Pro Tigre. De ello surgió que estaba contaminando, le hicieron una ‘probeiyon’ (probation) al señor (al dueño de la empresa), que consistía en que debía ir a trabajar al municipio una vez a la semana. Pero el señor continuó contaminando, no lo conozco, solo sé que se llama Campanera”.
“Los vecinos éramos totalmente ignorantes sobre el tema, no le dábamos importancia, seguíamos en nuestra rutina, en nuestros quehaceres, en nuestra lucha diaria, hasta que un vecinito contrajo aplasia de médula y a los seis meses falleció. A los pocos días de ello a mi hijo le detectaron leucemia.” (La aplasia medular es una enfermedad adquirida, habiéndose implicado en su desarrollo muy diversos agentes. Entre ellos los más frecuentes son infecciones (sobre todo virales), los fármacos, agentes tóxicos ambientales (benzol, pinturas, barnices, insecticidas, etc.).
“Ahí es cuando nos preguntamos ¿qué pasa? es una cosa rara, a tres casas de la nuestra falleció un señor con cáncer pulmonar, los chicos siguen con problemas respiratorios, asma, hay chicos con problemas de piel, se les infecta de nada.”
“Cuando a mi nene le detectaron leucemia, pasó toda la quimioterapia, al año le hicieron transplante de médula, toda una lucha. Al tiempo que mi nene estaba mejor, me puse a pensar y me acordé de la Fundación Pro Tigre que lucha para que las empresas no contaminen al río, me puse en contacto con ellos, vinieron y les conté sobre todo lo que estaba pasando, ellos se encargaron de traer un geólogo, tomó muestra del agua y detectaron que tenía cromo, no solamente el agua, sino también nuestro patio, porque tomó muestra de la tierra de patio, de la vereda, es altísimo el nivel de contaminación con cromo.”
“Esos resultados se los comuniqué a los médicos que transplantaron a mi hijo en el Hospital Garrahan y ellos me pidieron no consumir nada de la tierra. A mis hijos les hicieron análisis de orina, de sangre, de uñas, de cabello y lo que les dio bajo es el nivel de cromo, pero tienen muy alto el nivel de arsénico, todos mis nenes además de arsénico también tienen plomo, así que tengo a mis nenes todos contaminados.”
“La empresa continúa tirando esa agua color bordó oscuro y los geólogos lo atribuyen al arsénico.”
“Yo me tomé el trabajo de ir casa por casa de los mis vecinos de mi cuadra y tomar los datos de todas las familias de todos los menores de 15 años y se los llevé a los médicos ambientalistas del Hospital Garrahan y ellos están citando a las familias para hacerles los mismos estudios que le hicieron a mis hijos, ya van por la tercera familia y que en los próximos días ya van a estar los resultados.”
Mirta Ávalos, expresó que los médicos del Hospital Garrahan le dijeron que todos los problemas de salud, antes mencionados, son consecuencia de la contaminación, teniendo en cuenta, por ejemplo, que el arsénico afecta la piel.
Consultada si tras las denuncias realizadas ha cambiado en algo la actitud de la empresa, tajantemente respondió: “han contaminado mucho más”.
Bien vale considerar las palabras de Mirta Ávalos, porque de su experiencia personal y que se suma la de sus vecinos, se ve con claridad que los controles no se hacen y ello hace que se desconfíe cuando algunos se jactan que dichos controles se hacen.
Ante lo dicho por esta vecina de Don Torcuato, podemos agregar las experiencias que tenemos en Baradero ante la falta de controles y lo que implica.
Un dato que bien vale destacar, mencionado por Ávalos, es que el municipio siempre está ausente, “cada vez que llovía, esa agua color bordó oscuro, con olor que no se puede soportar, que venía a nuestra casa, yo llamaba a la Secretaría de Medio Ambiente de Tigre y ellos en vez de venir a hablar con nosotros a ver qué pasaba, iban directamente a la empresa y hablaban con la fábrica y se iban. Estoy indignada.”

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