miércoles, 31 de agosto de 2011

Discapacidad ¿A qué nos referimos?




La discapacidad es una realidad humana que ha sido percibida de manera diferente en distintos períodos históricos y civilizaciones.

Se han propuesto diversos modelos conceptuales para explicar y entender la discapacidad y su funcionamiento. Esa variedad puede ser expresada en una dialéctica de modelo médico frente a un modelo social. El modelo médico considera la discapacidad como un problema personal directamente causado por una enfermedad, trauma o estado de salud, que requiere de cuidados médicos prestados en forma de tratamiento individual por profesionales.

La visión que se le ha dado a lo largo del siglo XX estaba relacionada con una condición o función que se considera deteriorada respecto del estándar general de un individuo o de su grupo. El término, de uso frecuente, se refiere al funcionamiento individual, incluyendo la discapacidad física, la discapacidad sensorial, la discapacidad cognoscitiva, la discapacidad intelectual, enfermedad mental, y varios tipos de enfermedad crónica. Esta visión se asocia al modelo médico de la discapacidad.

Por el contrario, la visión basada en los derechos humanos o modelos sociales de la discapacidad considera el fenómeno como un problema creado socialmente y, principalmente, como una cuestión de la integración de las personas en la sociedad, donde la discapacidad no es un atributo de la persona, sino un complicado conjunto de condiciones, muchas de las cuales son creadas por el ambiente social. La discapacidad puede aparecer durante la vida de las personas o desde el nacimiento.

Desde el modelo social nos vamos introduciendo en el problema de la exclusión social de las personas con discapacidad, las cuales son etiquetadas, estigmatizadas, marcadas de por vida por el solo hecho de ser diferentes y colocadas en una posición de inferioridad. Esto ha generado, actitudes de rechazo, lástima, angustia, incomodidad y conductas de sobreprotección familiar, lo que conduce a tratarlos como personas incapaces de valerse por sí mismas, potenciarse y desarrollarse.

Así, los sujetos con discapacidad, siendo en teoría personas con los mismos derechos que los demás, se ven impedidos de ejercerlos por las conductas de discriminación que la sociedad les manifiesta, haciéndoles sentirse como “ciudadanos de segunda clase”.

Entonces se puede percibir que la principal problemática del tema de la discapacidad es la situación de exclusión social en diferentes instancias y pobreza en la mayor parte, dada la inexistencia de igualdad de oportunidades a las cuales se ven enfrentados los sujetos con discapacidad ya sea física, mental, sensorial, etc.

Otra definición es la definida por la La Organización Mundial de la Salud (ONU), la cual define a la discapacidad como el “resumen de un gran número de diferentes limitaciones funcionales que se registran en las poblaciones de todos los países del mundo. La discapacidad puede revestir la forma de una deficiencia física, intelectual o sensorial, una dolencia que requiera atención médica o una enfermedad mental. Tales deficiencias, dolencias o enfermedades pueden ser de carácter transitorio”.

Considero que debemos tener presente, que una persona con una cierta discapacidad, no es lo mismo que se le diga minusvalía. La discapacidad se diferencia de minusvalía en cuanto al carácter social que connota este último término.

Mientras que la discapacidad requiere la participación preponderante de los profesionales médicos para su tratamiento, con minusvalía se quiere definir la situación del discapacitado en relación con su entorno social. En efecto, la minusvalía se trata aquí, según las Normas Uniformes de la ONU, de “la pérdida o limitación de oportunidades de participar en la vida de la comunidad en condiciones de igualdad con los demás”.

Según la terminología actual, se reconocería “la necesidad de tener en cuenta no sólo las necesidades individuales (como rehabilitación y recursos técnicos auxiliares) sino también las deficiencias de la sociedad (diversos obstáculos a la participación)”. La discapacidad no es considerada simplemente como una enfermedad con causas genéticas o congénitas.

Se verá entonces que hoy en día, tanto en contextos educativos y legislativos se comienza a usar, al menos en la Argentina, la expresión persona con necesidades especiales o capacidades diferentes, atendiendo a esta relación entre el individuo, entorno social y sus posibilidades de integración. Sucede que, a menudo, estas últimas expresiones son usadas meramente como sinónimos de discapacitado, desconociendo la justificación del cambio, lo que produce un cliché con efectos de eufemismo.

Podemos hablar de persona discapacitada por persona con discapacidad, con lo que se atenúa el efecto negativo que provocaba aquella adjetivación del individuo por sus características físicas. Una persona con discapacidad dispondría también de capacidades diferentes u otras capacidades que compensarían su disminución. Se irán incorporando así estas nuevas expresiones al dominio semántico de los enunciados referidos a la discapacidad, cuyos términos en el nivel paradigmático se manifestarán mediante sustitución en el uso habitual (discapacitados/personas con capacidades diferentes o necesidades especiales), aunque en realidad estén designando el mismo objeto.

Otra definición que se conoce es la de la ley 19.284 de integración social de las personas con discapacidad dice que: “se considera persona con discapacidad a toda aquella que, como consecuencia de una o más deficiencias físicas, psíquicas o sensoriales, congénitas o adquiridas, previsiblemente de carácter permanente y con independencia de la causa que las hubiera originado, vea obstaculizada, en a lo menos un tercio, su capacidad educativa, laboral o de integración social”.

En el campo de la discapacidad, la integración se refiere al proceso de incorporar física y socialmente dentro de la sociedad a las personas con discapacidad, que se encuentran segregadas del resto de ella. Señala los esfuerzos para hacer que las personas pasen a ser miembros activos de la sociedad, teniendo los mismos privilegios y derechos que las personas “normales”.

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