lunes, 13 de mayo de 2013

PARA PENSAR JUNTOS

El Camión de Basura Me subí a un taxi rumbo a la Estación Central del ferrocarril y cuando íbamos por el carril de la derecha, por poco nos estrellamos con un coche que de repente y de la nada salió como bólido de donde estaba estacionado. El conductor del taxi en que iba logró frenar a todo lo que daba, el taxi se derrapó y por un pelo de rana casi le pegamos al auto que quedó frente a nosotros. Después de esto, el conductor del otro auto, asomando la cabeza por la ventanilla comenzó a gritarnos una cantidad horrible de insultos y majaderías. Todavía recuperándome del susto lo que acabó de sacarme de mis casillas fue la actitud del chófer de mi taxi, quien en forma extremadamente amistosa y cortés le sonreía y saludaba con la mano al conductor del otro auto. Yo estaba furioso y confundido, pero no me quedé con las ganas y le pregunté al chófer de mi taxi: - "¿Por qué se pone a sonreír y saludar al tipo que casi nos hizo chocar, arruinar su taxi y posiblemente hasta enviarnos al hospital?". Entonces, el taxista con voz pausada me contó lo que ahora yo llamo La "Ley del Camión de Basura". - "Mire, me dijo, ¿ve aquel camión de basura?". - "Sí, le dije ¿y eso qué tiene que ver?". - "Pues, así como esos camiones de basura, existen muchas personas que van por la vida llenos de basura, frustración, rabia, y decepción. Tan pronto como la basura se les va acumulando, necesitan encontrar un lugar donde vaciarla, y si usted los deja seguramente le vaciarían su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones. Por eso cuando alguien quiere vaciar su basura en mí, no me lo tomo a personal; sino tan solo sonrío, saludo, les deseo todo el bien del mundo y sigo mi camino. Hágalo Usted también y le agradará el haberlo hecho, se lo garantizo". A partir de ese día comencé a pensar que tan a menudo permito que estos Camiones de Basura me atropellen; y me pregunté a mi mismo que tan a menudo recojo esa basura y la esparzo a otra gente en casa, en el trabajo o en la calle. Así que me prometí que ya jamás lo iba a permitir. Comencé a ver camiones de basura y así como el niño de la película 'El Sexto Sentido' decía que veía a los muertos, bueno ahora así yo veo a los Camiones de Basura. Veo la carga que traen, los veo que me quieren echar encima su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones y tal y como el taxista me lo recomendó, no me lo tomo a mal, tan sólo sonrío, saludo, les deseo lo mejor y sigo adelante. Los buenos líderes saben que tienen que estar listos para su próxima reunión. Los buenos padres saben que tienen que recibir a sus hijos con besos y abrazos. Los líderes y los padres saben que tienen que estar física y mentalmente presentes y en su mejor estado para la gente que realmente es importante para ellos. En resumen, la gente exitosa no permite que los Camiones de Basura absorban su día.

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