jueves, 7 de abril de 2011

HOGAR DEL NIÑO: Un lugar en el que el cariño se siente


















El Diario realizó una visita al Hogar del Niño que la Municipalidad de Baradero tiene en nuestra ciudad, sobre la calle José María Paz al 1300.
En lo que quedó del viejo edificio que alguna vez fuera del Hospital “San José” de Baradero, funciona hoy este hogar que alberga, en forma permanente, a poco más de una docena de chicos, pero que diariamente atiende alrededor de una centena.
Cuando decimos atiende, estamos haciendo referencia a que los chicos que pasan por el hogar reciben desayuno, almuerzo y merienda y se retiran a sus casas hasta el día siguiente.
En el lugar hay asistencia psicopedagógica, social y psicológica, pero principalmente, y se nota, hay una gran contención afectiva, que quizás sea lo que más valoran los niños.
Antes de seguir adelante, queremos confesar que nos produjo satisfacción encontrarnos con el panorama que someramente hemos descrito, ya que son tantas las veces que debemos “castigar” la acción comunal que en esta oportunidad sentimos que en parte podíamos balancear las cosas.
Los chicos del hogar hace pocas semanas estuvieron en la colonia de vacaciones de Chapadmalal, experiencia inolvidable para la mayoría de ellos ya que tan sólo uno conocía el mar.
De regreso a Baradero, los chicos, al igual que cuando partieron, se encuentran con un hogar limpio, confortable en el que no se advierten carencias; cada dormitorio cuenta con calefacción, ventiladores de techo y aparato de televisión. También hay uno nuevo, de 29 pulgadas donado por la cooperadora, que se luce en el salón principal. Solamente al indagar, recibimos un reclamo de parte de la dirección del establecimiento. El dormitorio usualmente ocupado por los varones se llueve y, a la espera de que sea reparada esa situación, han debido mudar los chicos a otro sitio que, sin ser inadecuado, no tiene las mismas comodidades que sí posee el ahora vacío.
De acuerdo a lo que nosotros pudimos advertir, se trata de un arreglo sin complicaciones ya que bastaría colocar un trozo de membrana asfáltica, si no se quiere cambiar la chapa, y se podría reutilizar la habitación que también muestra caído un trozo del yeso del cielorraso.
También es un deseo renovar la pintura de las paredes, no porque se encuentre en mal estado sino porque, principalmente las niñas, desean colorearlas mediante un toque femenino. Como para todo lo del hogar, también para el caso de la pintura, se reciben donaciones
El amplio patio, tiene un enorme y añoso ceibo, algunos jóvenes brachichitos y un pasto crecido que, con poco, se deja en condiciones.
Nos fuimos gratamente impresionados de lo que vimos en el Hogar “Juan XXIII”, pero mucho más por lo que pudimos sentir.


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