jueves, 7 de abril de 2011

TRES AÑOS SIN UNA NOTICIA DE CARLOS CARDOSO


El tiempo, tremendo en su devenir, arrasa con todo y, en muchos casos, también con los recuerdos que se van diluyendo a medida que avanza Cronos inexorablemente y sin una pausa.
Días atrás, cuando se conmemoró el día de la recuperación de nuestras Islas Malvinas, por tercera vez consecutiva estuvo ausente en ese acto Carlos Cardoso. El ex combatiente del Ejército Argentino, herido en el campo de batalla, se había afincado entre nosotros con su familia. Oriundo de nuestra provincia de Entre Ríos, junto a sus padres se había instalado primero en San Nicolás para recalar luego en Baradero, ciudad en la que vivía junto a su esposa e hijos trabajando en una empresa de vigilancia privada al servicio de una industria local.
Cardoso, mientras estuvo entre nosotros, fue uno de los más fervientes promotores de la recordación de los hechos de Malvinas y nunca dejó de asistir a los actos del 2 de Abril. Por eso resultó extraño no verlo en el que tuviera lugar en el año 2009; nadie imaginaba que, hasta ahora, no lo habríamos de ver nuevamente.
Recordamos otra vez los hechos de aquel entonces. Cardoso salió de su casa diciéndole a su esposa que se viajaba hasta Entre Ríos a visitar la tumba de un amigo que había fallecido recientemente. Nunca llegó a destino y, pasadas las horas sin noticia alguna, se inició una investigación que al cabo de tres años bien podemos decir que está a fojas cero.
En la terminal de ómnibus local nadie lo vio, consultados los camioneros que parten de la industria en la que desempeñaba sus tareas, acerca de si eventualmente alguno de ellos lo había trasladado, el resultado fue negativo.
Ante la falta de respuestas lógicas comenzaron a tejerse versiones de todo tipo. Por supuesto que las hubo con cierta lógica, fantasiosas, descabelladas y también inauditas.
Lo concreto es que, pasados ya tres años, Carlos Cardoso no apareció en ninguna parte y tal parece habérselo tragado la tierra o esfumado en el aire, pero sabemos que estas frases las usamos cuando nos encontramos frente a un hecho casi inexplicable como es la desaparición de Cardoso.
Apreciado por sus compañeros de trabajo y por sus muchos conocidos, servicial, siempre bien dispuesto, el recuerdo de la súbita e inexplicable desaparición de Cardoso se ubica entre las cosas que no queremos dejar caer en el olvido. Estas líneas pretenden evocarlo, aunque sea cada vez que se cumpla un nuevo año de su extraña y lamentada ausencia.

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