Víctor Martínez, acompañante de monseñor Horacio Ponce de León, fallecido en 1977 en extrañas circunstancias, es buscado por su familia desde el lunes.
Un testigo en una causa que investiga violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar, particularmente la muerte del obispo Carlos Horacio Ponce de León, desapareció el lunes pasado en capital federal, cuando se dirigía a una escribanía ubicada en el microcentro porteño.
Se trata de Víctor Martínez, oriundo de Baradero y en aquel año trágico tenía 19 años, es un testigo decisivo en el fallecimiento del religioso quien en 1977 murió en un extraño accidente de tránsito en Santa Fe cuando se dirigía a Buenos Aires a denunciar la desaparición de obreros y sacerdotes de la zona de Villa Constitución de esa provincia.
Los familiares de Martínez ya presentaron un hábeas corpus en el que piden la intervención de la Justicia, advirtiendo que el testigo ya había sufrido amenazas de muerte años atrás.
Un dato que a los habitantes de Baradero les toca de cerca, dado que Martínez nació en esta ciudad y desde pequeño
La investigación del asesinato fue reabierta luego de la anulación de las leyes de impunidad, pero se topó con continuos obstáculos en su avance. El principal investigado es el ex teniente coronel Manuel Fernando Saint Amant, jefe de la represión en la zona, hoy procesado (pero en libertad) en numerosas causas de desaparición de personas.
El hábeas corpus fue presentado “en atención a las causas penales que lo tienen como víctima, testigo, denunciante y querellante”, que son “eminentemente procesos en los que se investigan violaciones a los derechos humanos”.
El testigo estaba recibiendo atención psicológica por estrés post traumático, después de la reapertura de las causas de San Nicolás. Sus familiares contaron que sufre de alta presión, pero controlada con medicamentos, y que también suele usar bastón por problemas en su columna.
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