lunes, 9 de mayo de 2011

Brillante fiesta en Santa Coloma


Quienes acostumbran a visitar con frecuencia la hermosa Santa Coloma, se dan cuenta que lo que se vive en ocasión de la Fiesta del mondongo y la torta frita es único.
La pequeña población de nuestro partido se vio desbordada por todo tipo de vehículos estacionados aún en las calles en las que rara vez se divisa un automóvil y el clima de alegría se trasuntaba en cada rostro. La paz del lugar, una de sus características más destacadas, si bien quebrada ante la llegada de tanta gente, ha de haber contribuido a que se generara un clima en el que nadie se siente incómodo sino todo lo contrario. Prueba de lo que escribimos es que no hubo un solo hecho discordante, nada que alterar el festejo a lo largo de toda la tarde.
El amplio predio de la plaza y zonas aledañas a la estación ferroviaria de Santa Coloma, estaba ocupado por puestos de venta de artículos artesanales, autos de calle en estado increíble, como los Falcon y Sierra que se vieron, motos especiales y los juegos mecánicos e inflables para los pequeños.
Alrededor de las 13 horas, como estaba programado, comenzó el reparto de las porciones de mondongo y, para quien lo deseara, también estaban listas las tortas fritas. Una larga cola iba pasando con rapidez frente a las puertas del galpón ferroviario donde se entregaban ya preparadas. En otra podían retirarse las tortas y con su alimento en mano, los comensales se distribuían donde mejor les acomodara, ora en mesas, ora en sillas y hasta en el mismo césped, todo era adecuado y nadie se sentía molesto.
Mientras se almorzaba, un joven cantor de Baradero, Nazareno Basualdo, rompió el fuego recibiendo el aplauso de todos, siguiéndolo sobre el escenario el joven nicoleño Braian Gubert.
Para destacar resultó el baile que se fue gestando alrededor del escenario. Primero fue una sola pareja pero al poco rato se sumaron varias más que le pusieron un especial colorido a la fiesta. Cabe destacar aquí a la pareja conformada por Raúl y Elsa, un matrimonio de San Miguel, que arrancaron aplausos de la gente ante el despliegue de un virtuosismo poco común.
Transcurría la media tarde y así como al mediodía el mondongo se veía en las mesas, en esta oportunidad el turno fue el de las tortas fritas y, para no ser menos, también en la puerta del galpón ferroviario, usada como boca de reparto, se formaron las colas para esperar turno.
El único inconveniente, del que seguramente tomaron nota los organizadores, es que al caer el sol, cosa que ocurre temprano, el frío se fue haciendo notar lo que hizo que mucha gente comenzara a retirarse. Tal vez, en la próxima el comienzo deba programarse para más temprano, pero es nada más que una observación que los organizadores evaluarán de acuerdo a los problemas de organización.

No hay comentarios:

Publicar un comentario